Juan José Lacosta Gabari, es abuelo de Leyre Gonzalez. Era profesor del instituto Navarro Villoslada, de Pamplona.
1. ¿Qué asignaturas enseñabas?
– Lengua española a 1º y 2º de la ESO.
2. ¿Qué tal eran los niños en esa época?
– Como en todos los tiempos, había de todo. La gran mayoría trabajaba bien, pero había algunos alumnos, los menos, que daban problemas. Lo que pasa es que estos se hacían notar, por lo que se gastaba con ellos muchas energías y tiempo, en perjuicio del normal desarrollo de la clase.
3. ¿Hace cuánto te jubilaste?
– El 1 de septiembre hará catorce años.
4. ¿Crees que ha cambiado mucho el método de enseñanza desde tu época a ahora?
– No creo, por lo menos en lo fundamental. Todos los métodos son buenos si con ellos se aprende, que es de lo que se trata. Si el profesor no domina el método o si el alumno no se implica, el método solo no vale. Más importante que el método es la motivación, el esfuerzo y la constancia. ¡Ah! y que no solo hay derechos, sino que junto a ellos están las obligaciones, de las que se habla poco.
5. ¿Te gustaba ser profesor?
– Sí, es una profesión que si no te gusta, es difícil ejercerla. Claro que hubo momentos en que pensé que era mejor dedicarse a otra cosa, pero, en conjunto, estoy satisfecho de haber sido profesor.
6. ¿Te dio pena jubilarte?
– No, lo tenía asumido y quería iniciar otra etapa en mi vida después de cuarenta años de maestro. Cada año, yo era un año mayor, sin embargo mis alumnos eran siempre de la misma edad, y eso se nota.
7. ¿Por qué decidiste ser profesor?
– En mis tiempos no había muchas posibilidades siendo de una familia numerosa y sin muchos recursos económicos. Era la salida más fácil.
8. ¿Te habría gustado tener otra profesión?
– Nunca lo he pensado. Estoy contento de haber sido maestro, palabra que me gusta más que profesor. Ahora bien, si hubiera tenido otra profesión, hubiera intentado hacerlo lo mejor posible, con esfuerzo, trabajo y honradez.
9. ¿Cuál es tu “hobby” después de jubilarte?
– Estoy investigando la historia de mi pueblo, Murillo el Fruto, que está en la zona de la Ribera de Navarra. A esto dedico el mayor tiempo de mis horas libres.
10. ¿Tuviste buena experiencia con los alumnos?
– En conjunto, sí, tengo gratos recuerdos. Eso no impide que ahora te des cuenta de que, quizá, con algún alumno no acerté y pude, sin querer, perjudicarle. Errar es de humanos y espero y deseo que mis desaciertos no hayan sido definitivos y los afectados hayan sabido superarlos.
A través de mis años como maestro, o profesor, he tenido presentes estas dos frases. Una, que, según los padres, si el alumno aprende, es que es listo y si suspende, es que el profesor no enseña. Y la segunda, que no hay buenos profesores, sino buenos alumnos, o sea, que con buenos alumnos, todos somos buenos profesores. En definitiva y como consecuencia, hay que ser buen alumno (atento, disciplinado, servicial, compañero, cumplidor, etc.), porque lo demás viene solo. Y esto vale para toda la vida, ya que en todo momento se está aprendiendo.
Entrevista realizada por Leyre González
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