Simbiosis. Pintar muros con sueños



Artículo publicado en Diario de Noticias – 3 junio 2017

Los alumnos y alumnas de San Juan de la Cadena pidieron permiso para pintar el patio del colegio de colores y en respuesta, recibieron ayuda de la Apyma y del personal docente para derribar los muros y construir sueños. “La idea surgió tras una reunión del consejo escolar del año pasado”, explica Uxue Peña, de la Apyma, que fue la primera en recoger el guante que habían lanzado los txikis. “Yo había visto iniciativas de este tipo en otros centros y lo comentamos como una posibilidad de responder a su petición, pero al mismo tiempo, ir más allá y convertirlo en una
actividad en la que pudiesen trabajar más aspectos”, apostilla Peña, que junto a la Apyma y tras contar con el beneplácito de la dirección, comenzó a gestionar este proyecto al que finalmente bautizaron como Simbiosis.
La transformación duró una semana y contó con la inestimable colaboración de Boa Mistura, cinco artistas madrileños que ya han realizado proyectos en Sudáfrica, Brasil, México, EEUU, Georgia, Argelia, Noruega, Reino Unido, Serbia o Panamá. “Es un taller muy lúdico en el que primero ellos pintan el muro como quieren. Se trata de que se diviertan, se expresen y aprendan a salirse de los espacios delimitados”, explica Pablo Ferreiro, miembro de Boa Mistura y encargado de dibujar los mensajes que adornan los muros e invitan a los txikis a soñar.
Y es que, después de que los aproximadamente 440 alumnos de Infantil y Primaria plasmasen su creatividad en el muro, el equipo madrileño hizo su magia, delimitando el diseño de mensajes como El futuro es de quien cree en sus sueños o La educación es la fuerza más poderosa para cambiar el mundo.
Acto seguido, algunos padres y madres voluntarios se encargaron de pintar el fondo de blanco, poniendo de relieve las letras y uno de los valores de este colegio de Sancho el Fuerte; la implicación de todos los sectores. “Han participado padres, madres y personal docente y no docente del centro”, explica el director del centro, Javier Zozaya. Además, y casi sin saberlo, también dan sentido al nombre de este proyecto. “Lo llamamos Simbiosis porque es algo que ellos no podrían hacer sin nosotros ni nosotros sin ellos”, señala Ferreiro, licenciado en Bellas Artes por la Complutense de Madrid y especializado en Diseño Gráfico en la Aalto School of Design de Helsinki (Finlandia).
“Este proyecto engloba muchos aspectos diferentes y nos ofrece la oportunidad de trabajar otros ámbitos que quizá, de normal y por aspectos del currículum, sea más complicado”, explica el director del centro sobre este proyecto que ha incidido especialmente en la creatividad, el trabajo en equipo y la tolerancia a la frustración de los txikis.
“Desde el principio tuvieron claro que era un trabajo en equipo en el que todo el mundo podía colaborar.
De hecho, cuando les explicaron el proyecto, les comentaron que una persona podía estar dibujando una estrella y que no pasaba nada si iba un compañero y la pintaba”, señala Leyre Pérez, secretaria del equipo directivo. “Además, es un trabajo muy creativo en el que se les ha explicado cuál es la idea, y han sido ellos quienes la han interpretado con total libertad”, apostilla Peña, recordando que este proyecto se ha realizado en colaboración con Obra Social La Caixa.
Una enseñanza que caló hondo en los alumnos de Infantil y Primaria. “Primero pinté una medusa, pero luego, con mis amigos, dimos pinceladas de amarillo y un poco de verde para que quedase mejor”, explica Hugo Contin Armendáriz, de 8 años y muy satisfecho con el resultado. “Ahora está mucho más bonito que antes”, asegura, poniendo palabras al sentimiento general.
“Los txikis han recibido esta actividad con mucho entusiasmo. Desde que se enteraron que la íbamos a hacer, muchos estaban venga preguntar que a ver cuándo llegaba la hora de pintar”, confiesa Leyre Pérez, recordando cómo algunos de estos jóvenes talentos “tenían muy claro lo que iban a hacer antes de comenzar”. Como por ejemplo Gorka González, que a sus “seis años y medio” derrochó entusiasmo. “Está muy guay que el cole nos haya dejado pintar las paredes; es como un grafiti, pero de los que molan”, asegura Gorka, que se implicó tanto en el proyecto que no escatimó en recursos a la hora de expresar su creatividad. “Yo he dibujado un ordenador y sin querer me pinté el
pelo de azul”, recuerda este joven artista de seis años y medio, poniendo de manifiesto que la creatividad fluyó a raudales a lo largo y ancho del patio del colegio durante los cuatro días que duró la actividad.