Carmen Aldama es una maestra jubilada que estuvo los últimos años de su actividad profesional en el colegio y que sigue llevando nuestro Taller de Kamishibai.
La editorial Leer-e le acaba de publicar dos libros: “El Kamishibai” y “Taller de Kamishibai. La magia de crear y contar historias”
¿Cómo y cuándo descubriste el kamishibai?
Lo descubrimos en el colegio el año 2002, a través de una madre japonesa Reiko Furuno que nos contó con esta técnica un cuento tradicional de Japón, Momotaro. A todos, niños y profesoras, nos encantó. Como solo teníamos ese kamishibai, lo contamos por todas las clases, y en las de los pequeños, varias veces.
¿Cuál fue el primer kamishibai que interpretaste? ¿Y el que creaste?
Cómo os he contado anteriormente el primer kamishibai que interpretamos en el colegio, Reiko, otras profesoras y yo, fue el de Momotaro.
El primer kamishibai que creamos en el taller, con la colaboración de todos los participantes, el curso 2002-2003, fue una adaptación de Caperucita roja. El primero que creé, sin contar con los niños, lo hice con Carmen Varea, “Visita a las Eretas” con las ilustraciones de Beatriz Menéndez y el asesoramiento del arqueólogo Javier Armendariz que fue el que nos lo solicitó. Con dicho kamishibai se pretende motivar a los niños en su visita al yacimiento y museo “Las Eretas” de Berbinzana (Navarra).
¿Crees que el kamishibai es para adultos, para niños o para ambos?
La mayor parte de los kamishibais están dirigidos a niños, pero hay muchos de ellos con los que pueden disfrutar tanto los niños como los adultos. Incluso hay algunos que están dirigidos preferentemente a los mayores.
¿Con quién disfrutas más, con los adultos o con los niños?
Con los pequeños, son más expresivos, muestran su disfrute y te contagian. Pero también me gusta ver la atención que prestan los mayores, cómo les sorprende que a través del kamishibai las historias que se narran puedan impactar mucho más que cuando son solo contadas.
¿Cuál es tu kamishibai preferido?
Depende de a quién se lo vaya a interpretar. Para los más pequeños el de “Crece, crece, hazte mayor” de Noriko Matsui; para los niños mayores y adultos “El padre”. Los dos son de Doshinsha la editorial más importante que publica kamishibais en Japón. Y de los creados en el colegio, el dirigido a niños “Elefantito tiene hambre” que lo hicimos el curso 2004-2005 entre todos –alumnos, Reiko y yo- los que participábamos en el taller ese curso.
¿Te ha sucedido alguna anécdota con algún grupo de alumnos a los que has preparado?
Muchas, pero quiero destacar una. El curso 2007-2008 dos niñas estuvieron tres semanas trabajando con ahínco en la caracterización de los personajes de su kamishibai, y una vez decidido cómo iban a ser, elaboraron un kamishibai “Bruno quiere jugar”. Da la casualidad que es el kamishibai del que se han hecho más descargas del blog de “Amigos del Kamishibai»
¿Por qué decidiste hacer un libro sobre el Kamishibai?
Cuando conocí el kamishibai y quise recoger información sobre él, sólo la encontré en japonés y aunque contaba con la ayuda de Reiko, al principio tuvimos muchas dificultades. Conseguimos establecer contacto con la Asociación Internacional del Kamishibai de Japón, IKAJA, que a través de Etsuko Nozaka -que nos visitó en 2006- nos empezó a mandar en inglés documentos que se habían publicado en japonés y que consideraba importantes para atender nuestras demandas.
Por ello, para que los demás no se encontraran con tantas dificultades, he sentido desde el comienzo la necesidad de compartir lo que iba aprendiendo sobre el kamishibai a nivel teórico y con las experiencias que iba teniendo en el taller.
Este ofertar información sobre el kamishibai lo he ido haciendo a través del blog citado anteriormente y en muchos cursos y seminarios con profesores por toda España. Pero muchas personas seguían pidiéndome algo más y otras muchas me aconsejaban que lo recogiera en un libro. Al final han sido dos libros en los que presento información sacada de muchos estudios y fundamentalmente la experiencia Taller de Kamishibai que iniciamos en “San Juan de la Cadena”.
Tengo que destacar que estos libros no hubieran sido posibles sin la colaboración de Carmen Varea y de todo el personal del colegio, principalmente de las niñas y niños que han participado en el taller a lo largo de los años, así como de la de muchos profesores de otros centros que han compartido con nosotros su experiencia.
¿Cómo te sentiste al terminar los libros? ¿Y cuando los expusiste?
Me supuso un esfuerzo grande escribirlos. Por ello, cuando los terminé, me sentí liberada de una tarea que tenía que hacer, pero que no es lo que más me gusta hacer. Prefiero y me satisfacen mucho más mis relaciones e intercambios cara a cara con otras personas compartiendo conocimientos y experiencias sobre el Kamishibai.
Cuando los presenté, me sentí muy contenta, el esfuerzo que había hecho valía la pena. A través de los libros los conocimientos y experiencias, mías y de otras personas, recogidos en ellos podían llegar a mucha más gente.
¿Te gustaría que el kamishibai se difundiera por todo el mundo?
Si, me gustaría mucho; todo el trabajo que hago fuera del centro está dirigido a ello. Me encontré con él por casualidad; tiene una magia que atrae a todos; y hemos descubierto que además de disfrutar con él, en el Taller de Kamishibai se pueden aprender y desarrollar muchas de las competencias clave que ayudan a desenvolverse en la vida de forma satisfactoria.
Es una suerte, que en estos últimos años, se está dando un gran impulso, promovido frecuentemente desde Japón, en la difusión del kamishibai en todo el mundo.
Os animo a visitar el blog http://kamishibai.educacion.navarra.es/ En él encontraréis todos los kamishibais que se han ido elaborando en nuestro Taller de Kamishibai; artículos para conocer esta técnica que tantas satisfacciones y oportunidades nos está dando al colegio -sobre todo a nuestros alumnos-; y muchas experiencias con el kamishibai de otros centros.
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