Érase una vez en un pueblo de Navarra llamado Olite que vivían tres amigos, uno se llamaba Martín, otra Julia y Juan que era el hermano mayor de Julia. Un día con el colegio se fueron de excursión al Monasterio de Leyre.
Allí los tres amigos vieron un espejo a lo lejos, y como Juan era muy curioso, fueron a preguntarle cosas sobre ese espejo a la profesora. Más tarde querían ir a verlo más de cerca, se pusieron tan cerca del espejo que este les absorbió.
Pasaron menos de cinco minutos y aterrizaron en una ciudad, al poco tiempo se dieron cuenta de que era una ciudad de la época medieval. Los tres amigos preguntaron a un hombre que pasaba por allí como se llamaba la ciudad y en qué año estaban. El señor les respondió que estaban en Olite de 1476. Los tres niños al oír esas respuestas se sorprendieron bastante, Juan al rato propuso ir a ver los respectivos lugares donde están actualmente sus casas, y así fue los tres fueron a sus casas. Al llegar se encontraron en las casas a sus antepasados.
Los niños se presentaron a sus familiares y les contaron lo que les sucedía. Sus familiares les dijeron que podían contar con ellos para lo que necesitasen. Julia les dijo que necesitaban ayuda, les contó que tenían que volver a su año y que si habían visto alguna vez un espejo con el marco marrón, y en ese mismo marco talladas todas las etapas de la vida en la Tierra. Su tatarabuela que en esa época era una niña, les explicó que si, que lo había visto en una excursión al Castillo de Olite.
Pero era casi imposible entrar allí, solo podías entrar si eras de la realeza. Julia se vistió de princesa, pero los guardias no se lo creyeron. Martín intentó escalarla muralla, pero no pudo. Se fueron decepcionados por la calle, hasta que Julia encontró un papel por el suelo que ponía que la princesa se iba a casar y que buscaban pretendientes. La niña pensó que su hermano se podía presentar, entrar en el palacio y coger el espejo. Pero Juan se negó. Julia y Martín le estuvieron largas horas suplicando hasta que Juan accedió. Este cogió el espejo sin que nadie le viera y se fue donde estaba su hermana y su amigo. Los tres se metieron en el espejo mientras se despedían de sus familiares.
Pasó lo mismo que la otra vez, pero no aterrizaron en su año sino que, aterrizaron en el año 1492, eso lo sabían porque Martín se dio cuenta de que estaban en uno de los tres barcos con los que Cristóbal Colón descubrió América. Allí son testigos de cómo Colón descubrió este continente. Pero ellostenían otra cosa en mente y era encontrar en ese año donde estaba el espejo mágico.
Buscaron por todo el barco, menos en un lugar que era el camarote del capitán que en este caso era Cristóbal Colón. Los tres se metieron a buscar. Martín encontró el espejo después de largas horas buscando pero cuando se fueron a meter en él, ocurrió algo terrible. Colón que les había visto fisgoneando en su camarote pensó que le querían robar y que eran polizones. Así que les metió en las mazmorras
Allí los tres se lamentaban mucho, Juan que era muy negativo decía que nunca iban a salir de allí. Julia en comparación de su hermano pensaba justamente lo contrario.
Julia le dijo al guardia que quería hablar con el capitán y así poder explicarle lo que sucedía, pero el capitán no se lo creyó. Pero en cambio el guardia sí les creyó, y sin que le viera el capitán los soltó. Los tres fueron corriendo sin que nadie les viese hacia el camarote de Colón y se metieron en el espejo.
Llegaron a otro año pero no era el suyo, Julia se dio cuenta de que iban de dieciséis en dieciséis años y que aún par llegar a su año faltaba mucho. Así que se fueron metiendo y saliendo sucesivamente. Hasta que llegaron a su año.
Durante la cena los niños les contaron a sus padres las aventuras que habían vivido, también contaron al día siguiente a todos sus compañeros sus aventuras.
Los tres estaban de acuerdo en una cosa y era que se sentían especiales por haber visto todos los grandes descubrimientos de la vida en la Tierra.
Enide Díaz —5º A
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