El día 22 de diciembre llegamos al colegio con muchas ganas de disfrutar el día que abría las puertas a las vacaciones de Navidad. 

Empezamos la mañana preparando una manualidad para llevar a nuestra casa y sorprender a nuestros familiares. Cacahuetes, lacasitos, caramelos, bombones, gominolas…viajaban en nuestros tarros. Color y sabor para estos días.

Y para fabricar nuestro bote pusimos, además de estas “chuchería” lo mejor de nosotros mismos. Pegamos los elementos necesarios para convertir un simple bote de conserva en Rudolf, el reno más famoso. Nariz de pompón y ojos móviles pegamos. Y con limpiapipas fabricamos los cuernos y los atrapamos con la tapa y los rodeamos con una cinta para que se quedasen fijos. ¡Hubo a quien un poco se le resistieron!. 

El siguiente paso para que nuestro Rudolf tuviera un poco más de vida, consistió en rellenarlo de aquellas cosas que nos gustan y que habíamos llevado de casa. 

Y como broche final, una pequeña pero sentida felicitación para los nuestros, que nunca deben faltar los buenos deseos. 

Podéis ver las fotos del momento, con nuestro dulce (o salado) Reno. Y aunque no se noten por la mascarilla, os prometemos que estábamos sonriendo.

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Pincha en la foto para ver más momentos de estos últimos días, con visita de un paje, Santa y el Olentxero incluidos!

¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO, FAMILIAS!